El Museo de Bellas Artes de Valencia acoge la exposición ‘Piranesi – III Centenario (1720-2020)’.
Aunque está considerado como uno de los más grandes grabadores de la historia, Giovanni Battista Piranesi (Mogliano di Mestre, 1720 – Roma, 1778) siempre firmó sus trabajos como arquitecto, arte que aprendió en Venecia con su tío Matteo Lucchesi y grabado con Carlo Zucchi. Cuando en 1740 viajó por primera vez a Roma, acompañando como dibujante a Marco Foscarini, la vastedad y el estado de abandono en que se encontraban los restos de la antigüedad marcaron de manera definitiva su vocación.
De una intuición deslumbrante (se le llegó a calificar como el arquitecto loco) quiso dejar constancia gráfica de la magnificencia y grandiosidad de aquellos amontonamientos de moles inmensas de travertino corroídas por el tiempo y la vegetación antes de que se produjese su desaparición definitiva debida a la indiferencia y la rapiña. Sus Vedute de Roma (1745-1778), sus Antichità (1748-1777) de lugares arqueológicos como Paestum (1778) y las grandes infraestructuras de acueductos, puentes y cámaras subterráneas, recogidos con el rigor y fidelidad que le daban sus conocimientos constructivos e hidráulicos, fueron plasmados en cientos de estampas a lo largo de su vida.
Dotado de una imaginación prodigiosa y de una técnica excepcional, recreaba, a partir de los restos existentes, fabulosas y colosales Architetture inventate (1743) que, en su publicación sobre el Campo Marzio (1762), ofrecieron una imagen sorprendente de la ciudad antigua, que fue un modelo ineludible para todos los grandes arquitectos de la época. La idealización de la arquitectura romana monumental y la invención de construcciones descomunales que solo podían existir en sus grabados, se conjugan para darnos una visión pesimista de la decadencia del presente y despertarnos sentimientos melancólicos sobre el discurrir de la historia. La visión sombría y sublime de unos espacios gigantescos que nos sobrecogen, porque se expanden en mallas que se entrecruzan sin límites aparentes, alcanzó en las Carceri d’invenzione (ca. 1745 y 1761) una cota insuperable. Esta idea de un espacio reticular e infinito junto con sus reflexiones sobre la libertad de invención del arquitecto, defendidas en su escrito Parere sull’Architettura (1765), fueron premoniciones del rumbo que iban a tomar la metrópoli y la arquitectura modernas en los siguientes siglos.
Perteneciente a los fondos de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de València, el conjunto de estampas de Giovanni Battista Piranesi, del que se expone una selección en esta muestra, fue adquirido por la corporación en función de su misión docente en 1798, tan solo diez años después de su muerte, lo que convierte a la institución valenciana en una de las primeras entidades de nuestro país que enriqueció su patrimonio artístico con un importante número de láminas del insigne «arquitecto véneto».
EXPOSICIÓN
8 octubre 2021 – 30 enero 2022
Sala Ribalta de exposiciones temporales
Comisarios: Adela Espinós Díaz y Joan Calduch Cervera (académicos correspondientes de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos)
La coordinación y diseño de la muestra han sido responsabilidad de VTiM Arquitectes con Pilar Turpín, Paco Costa y Toni Galindo
Producida por: Museo de Bellas Artes de València
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