El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) dedica una exposición retrospectiva a Teresa Lanceta con 175 obras que incluyen tapices, pinturas, dibujos, escritos, vídeos y audios creados en las últimas cinco décadas, además de formatos colaborativos con otros creadores.
La artista, nacida en Barcelona y desde hace más de 15 años residente en Alicante, ha asegurado durante la presentación que “tejer me atrapó; es una técnica primaria, ancestral, repetitiva, que te da mucha libertad”.
‘Teresa Lanceta. Tejer como código abierto’, comisariada por Nuria Enguita y Laura Vallés Vílchez, es el resultado del esfuerzo conjunto de producción entre el IVAM y el MACBA, donde se expuso hasta el 11 de septiembre antes de llegar al museo valenciano.
“Esta exposición comenzó a gestarse hace décadas cuando Teresa aprendió a tejer con un viejo telar que compró a una de las muchas fábricas que agonizaban en la Barcelona de los años setenta”. A partir de entonces, se sumergió en “un mundo de tramas y urdimbres que se ha convertido para ella en una suerte de ‘código abierto’ con el que expresarse y activar la imaginación”, ha explicado la directora del IVAM.
“Tejer es un código binario abierto, una alternancia entre unos y ceros similar al lenguaje de los ordenadores”, ha destacado la artista sobre ese arte basado en la colaboración entre anónimas que una artesana hereda de otra y utiliza como saber propio antes de cederlo a una tercera.
Fue en los años ochenta cuando los viajes de Lanceta a los pueblos bereberes del Atlas Medio le hicieron cobrar conciencia de un saber anónimo, universal y presente en todas las culturas, transmitido de madres a hijas y forjado en la domesticidad. “Igual que Anni Albers recorrió varias comunidades mexicanas en Oaxaca y su trabajo estuvo muy influido por los tejedores milenarios de Perú, Lanceta se enamoró de las técnicas tradicionales del Atlas Medio”, subrayó Enguita. La exposición también muestra los trabajos originales de estas comunidades tejedoras.
En la primera sala de la exposición cuelgan dos inmensos murales hechos con decenas de tejidos, realizados desde finales de los años setenta hasta el año 2022. En la segunda sala están los tapices dedicados al Atlas Medio. Posteriormente, encontramos los proyectos dedicados a la alfombra española del siglo XV, donde se reflexiona sobre una producción realizada por musulmanes para los señores de la guerra y de la conquista.
Enfrentado a ella, ‘El paso del Ebro’, un trabajo que surge de una mezcla de tiempos. La batalla del Ebro, la infancia de la artista en Horta de Sant Joan y sus viajes semanales hasta Barcelona desde Alicante entre 2013 y 2020. Esta obra incluye objetos del museo La Trinxera: objetos cotidianos a partir de restos encontrados en las trincheras, como un casco militar reconvertido en embudo para el vino, o unos restos de uniformes de soldados transformados en un delantal.
La exposición culmina en la sala dedicada al Raval, “donde residió durante sus años de formación compartiendo experiencias con la comunidad gitana, y allí comenzó su necesidad de ahondar en lo roto, lo destruido y lo remendado”, ha destacado Laura Vallés.
Además de La Trinxera, la muestra incluye otras colaboraciones que difuminan los límites de la obra de Lanceta y la obra de los otros, en lo que casi se impone como una exposición colectiva. Son proyectos realizados junto a los artistas Olga Diego, Pedro G. Romero y Xabier Salaberria; la comisaria Leire Vergara; la cineasta Virginia García del Pino; el artista y pensador Nicolás Malevé, y el instituto de Secundaria Miquel Tarradell, con el que ha desarrollado la obra ‘Los oficios del Raval’. “Mi trabajo existe porque existe el trabajo de los demás; el arte es colectivo”, enfatiza Lanceta.
La directora del IVAM quiso destacar la condición pionera de Teresa Lanceta cuando se plantea que tejer también es arte. “A diferencia de otros artistas que han usado el tejido o sus técnicas para «traerlos» al arte contemporáneo, el compromiso de Teresa Lanceta consiste en afirmar y mostrar que también estos tejidos son obras de arte, realizadas mediante unas técnicas que resultan inseparables de la persona –la subjetividad– que las ha creado, y que, al emanar de otras cosmovisiones, son portadoras de una poética del mundo propia y distinta”, concluyó.