Dentro de las jornadas de espectáculos que organiza el centro comercial Bonaire en Las Terrazas durante el PrimeraBonFestival, CulturaCV.com ha tenido el placer de acudir y realizar una entrevista a Jesús Manzano.
Manzano es guionista en el programa de El Hormiguero, donde en muchas ocasiones aparece en escena con algunos de sus monólogos. Además, colabora en el programa ‘Más de uno‘ de Onda Cero y pertenece a la compañía Teatro Instantáneo, bajo la que actúa en los grandes teatros de España.
Tenemos entendido que eres arquitecto. ¿Cómo acaba un arquitecto subiéndose a los escenarios a hacer reír a la gente?
Soy arquitecto técnico. Antes de estudiar yo siempre tuve mis grupos de música y siempre me gustaron los escenarios. Pero llega una edad en la que terminas el selectivo, no sabes que hacer y por alguna razón estudié eso. Mis padres son profesores y me decían que siguiera con la música pero que estudiara algo, y elegí esa carrera. No tenía vocación, pero tampoco me disgustaba. Cuando terminé la carrera yo seguía con mis movidas del teatro y la música y, tras trabajar unos años como arquitecto técnico, decidí dejarlo y dedicarme a esto.
¿Cuántos años llevas en el mundo de la música y del humor?
Si cuento desde que cogí la guitarra a los 13 años, muchos. Pero desde que dejé la profesión de la arquitectura llevo unos 12 años. Cuando terminé la carrera estuve hasta los 30 años trabajando de arquitecto, que fue cuando decidí dedicarme a esto.
¿Tuvo algo que ver la entrada en el hormiguero?
No, eso fue después, en El Hormiguero llevo siete años. Llegó un día en el que me cansé de estar trabajando en la construcción y de hacer bolos por la noche los fines de semana. No tenía ningún día libre y tenía que madrugar después los lunes para ir a trabajar en algo que no me gustaba mucho. Yo quería trabajar en algo que pudiese decir “yo esto lo haría gratis”, quería poder vivir de tocar la guitarra, del teatro, del humor o de la música, que son las cosas que a mí me ponen.
¿Crees que el escenario ha cambiado tu forma de ser?
Creo que no mucho. Al final las personas tenemos varios yo y somos diferentes con cada persona. Pero claro, en el escenario tienes que tener otra actitud, lógicamente. En mi forma de ser no he cambiado, pero sí he potenciado algunas partes y he abandonado otras, pero no mucho. Sigo siendo responsable, currante y sigo madrugando para trabajar, durmiendo poco. De hecho, trabajo mucho más que antes. Yo pensaba que dedicándome a esto acabaría trabajando menos y ahora trabajo los siete días de la semana y muchas horas.
¿Cómo es Pablo Motos como jefe?
Pues muy bueno. ¿Qué te voy a decir? (ríe). La verdad es que Pablo me dio la oportunidad y le estoy muy agradecido, porque yo era uno cómico de provincias, de actuar por Valencia en los bares y otros sitios. Él me dio la oportunidad de trabajar como guionista en El Hormiguero y me ha permitido hacer monólogos en pantalla (he hecho unos 14 o 15), y a muy pocos cómicos se le da la oportunidad de actuar delante de 4 millones de personas. Él es otro currante obsesivo como yo y como casi todos los que estamos en este programa.
¿Qué supone llevar el plató entero de televisión a otro país para rodar el programa?
Pues están en ello ahora mismo en Londres para grabar con Will Smith el programa número 2000 de El Hormiguero. Somos un equipo de 120 personas y la mitad se han ido para allá. Los que montan el plató, los técnicos de luces y de sonido… No nos llevamos todo pero gran parte sí. Días antes salen unos camiones con todo y es muy complicado. Además, Inglaterra tiene otro sistema de enchufes y hay que adaptar todo el formato de vídeo y demás.
Hemos vivido momentos muy tensos cuando humoristas han sido llevados a juicio por sus chistes. ¿Crees que el humor está en peligro?
Estamos en un momento en el que todo el mundo se ofende por todo. Hay una cosa que me molesta y es que todos nos quejamos de que la gente no cuente según qué cosas, pero luego a todos nos molestan si se cuentan. Seguro que hay algún chiste que pueda contar que molestan, temas delicados… Pero es que no es una parte de la sociedad, somos todos. Yo he llegado a actuar en algún ayuntamiento y me han dicho “aquí di lo que quieras, que ahora que llevamos nosotros el ayuntamiento ya no hay censura”, y cuando bajas del escenario te dicen: “no, con ese colectivo no…”.
¿Se puede hacer humor sin ofender a alguien?
Se puede, pero te limita mucho. Si no quieres ofender a nadie al final tienes que hablar de las piedras. Todo lo que está vivo se ofende. Yo en este monologo he hablado de mi abuela, pero a lo mejor habrá gente que me digan “no te metas con las personas mayores que se murió mi abuela el otro día”. Todo el mundo se ofende por algo. Yo creo que cada uno tiene que hacer el humor que le de la gana y que cada uno se ofenda con lo que quiera. Y si tu programa te quiere despedir porque haces cosas que no están en su línea editorial, pues tiene todo el derecho del mundo. Libertad absoluta. ¿Quién marca los límites sino? El chiste que a ti te ofende le parecerá bien a alguien y otro que le toca más de cerca no le gustará. Es un tema muy delicado y los cómicos lo tenemos complicado.
Además de estar en El Hormiguero, también trabajas en el programa ‘Más de uno’ de Onda Cero. ¿Qué medio te gusta más, la televisión o la radio?
Los dos medios tienen mucha magia. En la radio vivo un momento de libertad absoluta porque estoy con Leo Harlem, Goyo Jiménez, Carlos Latre o Carolina Noriega, y es una hora de humor donde cada uno suelta su rollo y es mucho más libre.
El teatro es donde más libre te sientes cuando subes al escenario. En la radio tienes menos libertad porque no puedes decir y hacer ciertas cosas por su elevada audiencia o por las marcas publicitarias. Y luego en la televisión tienes mucha menos libertad, es otro concepto de espectáculo. Cuando hago un monólogo en El Hormiguero son tres minutos y no te puedes salir del tiempo. Pero sin duda, la libertad absoluta la encuentro más en el escenario.
¿Cómo has visto la noche y en que lugares podemos seguir viéndote?
A través de mi web www.jesusmanzano.com van apareciendo las actuaciones más destacadas. Por Valencia suelo tener dos o tres actuaciones cada semana. Ahora tendré una en el Auditorio de Quart de Poblet y otra en el Bioparc.
La noche la he visto genial, creo que Bonaire se lo ha currado mucho. He actuado otras veces en centros comerciales y siempre ha sido un desastre porque te suelen poner delante de donde pasa todo el mundo y hay ruido. Pero en Bonaire se lo han trabajado, con sillas, algo que es muy importante para el humor para que la gente esté cómoda. Y además ha ubicado el escenario en un sitio separado de la entrada y del bullicio, lo cual se agradece mucho. Así que muchas gracias también a Bonaire.