Entrevista a Luci Mendoza en Bioparc Café: “Humor en serio”

Luci Mendoza

Luci Mendoza, natural de Mallorca, se crió en un pueblo de Badajoz y actualmente reside en Valencia. Ya en su infancia hacía imitaciones del Pato Donald, era “el payaso de la clase”, hasta que su profesor de matemáticas lo invitó a desarrollar su talento en obras para sus compañeros.

Este showman ha sido reconocido con premios como el de la Sala Traviata y la Sala Mal de Amores, además quedó finalista en el programa de Televisión Española, ‘El Rey de la Comedia‘ y participó en el canal regional de Extremadura haciendo colaboraciones, entre otros.

En la actualidad Luci Mendoza recorre las mejores salas del circuito nacional de comedia, en una actuación llena de gags que provoca carcajadas en el público asistente, llevando consigo adonde quiera que vaya su rol de Mario Vaquerizo.

Luci Mendoza

Foto: Cristina Iglesias

¿Cómo definirías el humor?

Luci Mendoza: Es una terapia, una manera de ver la vida de otra manera, de quitarle dramatismo a todo. Soy de los que piensan que el humor no tiene que tener fronteras. Chapó por aquel capaz de ver humor en todo, porque sabe cómo restarle importancia a los problemas diarios.

“El humor no tiene que tener fronteras”

¿Cuándo decidiste ser humorista?

L: Cuando no me quedó otra. Es cierto que he actuado desde los dieciséis años y que empecé haciendo funciones en el instituto para mis compañeros, en la casa de la cultura del pueblo, en ferias… Una vez mi padre me llegó a llevar a una discoteca que estaba a ciento y pico kilómetros de mi pueblo, casi en la frontera con Córdoba y tuvo que pasar conmigo porque ni siquiera era mayor de edad.

Participé también en un programa de Televisión Española, ‘El Rey de la Comedia’, y cuando terminó volví a mi pueblo, donde tenía un bar, porque no veía el humor como medio de vida, sino como una forma de pasar el tiempo. La crisis me pilló de lleno y me vi obligado a cerrar el bar. Tenía que reinventarme, me vine a Valencia para abrirme camino en lo que mejor sabía hacer. Más tarde vinieron mi mujer y mi hijo. Siempre he tenido mucho apoyo familiar y estaré agradecido a mis padres porque nunca me han parado los pies en lo que me ha gustado. 

¿Qué crees que es más difícil hacer reír que llorar?

L: A todos nos entristecen las mismas cosas, pero el humor es mucho más complicado. Lo que te hace gracia a ti a otro puede ofenderle. En un drama puedes hablar de muerte, asesinatos… nadie lo criticará. En cambio nadie puede hacer humor sobre eso. Tocar la fibra sensible es mucho más sencillo que hacer reír a todos.

¿Cómo fue tu primera actuación o monólogo?

L: Lo pasé fatal, estaba en una discoteca con un compañero que hacía humor conmigo. El local era enorme, tenía tres pisos, nosotros diecisiete años y tan sólo un micrófono para un número que habíamos preparado para dos personas, de modo que tuve que quedarme en el escenario y mi compañero en la cabina del DJ, desde donde improvisamos humor siguiendo la línea de Martes y Trece, Cruz y Raya… nos inspirábamos en ellos.

¿Alguna vez has sentido pánico escénico?

L: Nunca, afortunadamente. Como mucho me he encontrado mal, me he mareado y he tenido miedo por empeorar, pero ya está. He tenido capítulos de ansiedad en temporadas en las que no he estado trabajando, pero nunca he sufrido estrés en el escenario, al contrario, me siento súper a gusto desde el primer minuto.

Luci Mendoza en Bioparc Café

Luci Mendoza en su show en Bioparc Café. / Foto: Cristina Iglesias

¿Cuál sería tu lugar ideal para actuar? Y si tuvieras que actuar para alguien, ¿quién sería?

L: Podría decirte que en el Vicente Calderón, ahora Wanda Metropolitano, pero también me encantaría recorrer los grandes teatros. Si tuviera que elegir a una persona, eligiría a mi abuela, que nunca me ha llegado a ver actuar de forma profesional.

¿A qué crees que se debe el boom de los monólogos?

L: La gente necesita reírse y esto se traduce en dosis de humor. No es un boom, este movimiento lleva cocinándose desde hace años. En Norteamérica se origina el Stand-Up que se exporta aquí y que sigue evolucionando. Youtube es un ejemplo de cambio, pero creo que las formas tradicionales como el teatro no morirán. La comedia en vivo no se va a perder nunca, el hecho de salir de tu casa, romper con la rutina y salir de tu zona de confort para ver un espectáculo es algo especial. Este tipo de formato permanecerá siempre, pero veo que los artistas estamos poco apoyados a pesar de lo muchísimo que le proporcionamos a la gente. 

¿Cuál es la mejor respuesta ante un público difícil?

L: Seguir adelante y no venirte abajo, porque la gente ha de verte con energía y ganas. Has de interactuar, pero hay veces en las que ni eso funciona, ni siquiera cambiando el texto, ves que no hay feeling por el motivo que sea. 

Hay sitios muy complicados, como las ferias, donde los adultos se incomodan por lo que puedas decir y puedan escuchar o entender los pequeños y es entonces cuando no encuentras reacción por parte del público. 

¿Qué características debe tener un famoso para que lo imites?

L: El caso que sigo ahora, el de Mario Vaquerizo, representa una figura cargada de carisma, coletillas con eco muy importantes, movimientos… Si pretendes imitar a tipos normales, sin características especiales, es más fácil quedarse atascado.

Luci Mendoza

Luci Mendoza en su rol de Mario Vaquerizo. / Foto: Cristina Iglesias

El humor cuenta historias que a veces son políticamente incorrectas, ¿crees que debe estar censurado? ¿Qué opinas de la censura en el humor?

L: Los límites en el humor los pone quien escucha y va a los shows. Por desgracia, cada vez se ponen más y cuando los cómicos queremos hablar de lo que nos da la gana y no podemos, resulta inquietante. Esto no tendría que ocurrir.

A mí me hace gracia casi todo, pero eso no significa que me ría de todo. No es lo mismo “reírse con” que “reírse de”. Si vas a ver un espectáculo de humor tienes que ir con la mente abierta y librarte de prejuicios. El humor sirve para que la gente se libre de complejos, realmente es una terapia. La risoterapia es una técnica que funciona. Nunca he aplicado la autocensura, pero es que también es cierto que no soy bueno haciendo humor negro, me centro en la cotidianidad y escribo sobre ella. 

Luci

Foto: Cristina Iglesias

¿Qué hace reír a un humorista?

L: A mí me hacen reír otros cómicos, pero también la importancia que le da la gente a muchos temas.  Me gusta mucho también ver los Monty Python, el humor clásico de toda la vida. Te das cuenta cómo calaba la censura antes y cómo es ahora. España ha vivido momentos muy duros. Ahora con las redes sociales puedes quejarte con facilidad y twittear cosas que jamás dirías a una persona a la cara. Magnificamos y malinterpretamos, no quiero pensar que la gente es más susceptible que hace unos años, sino que ahora tienen un altavoz y eso los hace sentirse poderosos. Llegará un día donde todo esto de los “haters” se perderá. 

Completa la frase: “El humor es una cosa muy seria porque…”

L: …porque es importante y necesario para la gente. El humor se tiene que tomar tan en serio como una terapia.