Terminan las obras del refugio antiaéreo de Massarrojos

Las reformas de rehabilitación del refugio antiaéreo de Massarrojos llegan ya a su fin. El alcalde, Joan Ribó, acompañado de las concejalas de Recursos Culturales, Glòria Tello, y de los Pueblos de València, Lucía Beamud, y del alcalde del pueblo de Massarrojos, Carles Verdaguer, ha visitado la construcción.

Joan Ribó asegura que “la memoria histórica es fundamental para recordar la España republicana”. También hizo referencia a los bombardeos y sus efectos contra la población civil.

Según el alcalde, “recordar es fundamental”. Gracias al refugio antiaéreo de Massarrojos, “recordamos la barbarie de la guerra”, explicaba. En este sentido, Ribó señala los tres refugios de titularidad municipal que se han rehabilitado en los últimos años “para recuperar la memoria histórica”.

El alcalde del pueblo de Massarrojos, Carles Verdaguer, ha agradecido la actuación del Ayuntamiento de València. Massarrojos tenía en los años treinta cerca de 700 habitantes. El refugio antiaéreo de Massarrojos se mantuvo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. En la Guerra Civil, cuando la población se sentía insegura, corría hasta el para protegerse. Después de la segunda gran guerra se utilizó como plantación de champiñones hasta que fue tapiado.

Más detalles sobre el refugio antiaéreo de Massarrojos

Dentro del núcleo histórico primitivo de Massarrojos, fue construido en los últimos meses de la Guerra Civil. Excavado directamente en el subsuelo rocoso, como protección de los vecinos ante los ataques aéreos del bando rebelde. Las obras del refugio empiezan el 21 de mayo de 1938 y finalizan el 23 de marzo de 1939, según consta en el archivo municipal. Con el final de la guerra, el refugio quedó inacabado, oculto en el subsuelo e incluso se tapiaron los accesos.

A diferencia del resto de refugios de la ciudad, levantados con hormigón armado, el de Massarrojos está excavado directamente en el suelo geológico aprovechando el sustrato de roca.

Cuenta con un pasillo alargado de 125 metros de largo, 2 metros de ancho y una profundidad media de 10 metros. Tiene dos accesos en la plaza del Soñador y en la calle Benet Bosch. Las paredes están lucidas de un color rojizo por el uso de arena y llevan adosado un banco corrido. El refugio tiene una superficie útil de 297’31 metros cuadrados y capacidad para 230 personas sentadas. Es el único refugio que se conserva en un pueblo de València ciudad.

Pinchando aquí accederás a la página del ayuntamiento de Massarrojos.